¿Por qué no puedo dormir?

¿Por qué no puedo dormir?

No Puedo Dormir

Problemas de sueño

Los problemas de sueño son cada vez más comunes en nuestra sociedad. En este  artículo explicaremos algunas de las causas principales. A muchas personas les cuesta un suplicio dormirse cada noche, otras sólo consiguen entregarse al sueño de la mano de medicamentos u otras sustancias como el alcohol. Estar estresados afecta a nuestro sueño, pero según nos cuentan los especialistas, dormir mal también puede ser el origen del estrés, incluso de la ansiedad o la depresión.

Este tema nos resulta de gran relevancia, y para profundizar en el mismo hemos invitado a Jonathan Altamirano. Jonathan es mentor y consultor de sueño, para empresas y particulares. Tas haber sufrido el insomnio crónico por más de 10 años, Jonathan se dedicó en cuerpo y alma al estudio y prueba de soluciones. Una vez superado su propio insomnio, Jonathan decidió hacer de la lucha contra el mal descanso, una carrera profesional, aplicando lo mejor de lo que aprendió en su propio viaje, destacando el “Rompecabezas del Sueño” y la “Metodología Kaizeto”

¿Cómo de habituales son los problemas de sueño?

Personalmente, tengo la suerte de que el sueño no ha sido un problema para mí, salvo en momentos puntuales. En cambio, a mi alrededor si tengo personas que arrastran dificultades para dormir desde hace años. Preguntamos a Jonathan, cómo de habituales son los problemas del sueño: “A día de hoy en 2023, yo diría que es un problema muy común. Hay estudios que indican que hasta un 60% de las personas tienen algún problema relacionado con el sueño. Con la cantidad de estímulos que recibimos hoy en día, con las redes sociales y sobre todo con la exposición a luz que soportamos, podría ser incluso cercano al 70 u 80% de las personas.”

Los problemas de sueño más comunes:

Preguntamos a Jonathan, cuáles son los problemas más comunes, a los que se enfrentan sus clientes con respecto al sueño. Jonathan destaca estos 3:

-Personas que tardan mucho en dormirse

Muchas personas se acuestan cada día, sabiendo que necesitarán varias horas antes de conseguir conciliar el sueño.

-Personas que se consiguen dormir, pero se despiertan varas veces

A otras en cambio no les cuesta caer dormidos, pero todas las noches se despiertan varias veces, o incluso no consiguen volver a dormirse.

-Tienen sueño y necesidad de dormir, pero la mente sigue funcionando

Se entra en un estado de “limbo” en el que nunca se está del todo dormido y nunca del todo despierto. Y al final sientes que no has descansado nada.

¿Qué problema tienes al dormir?

Hace unos meses Jonathan realizó una encuesta a unas 1.000 personas con la pregunta ¿Qué problema tienes al dormir?. La inmensa mayoría de los resultados, pueden resumirse en estas respuestas:

  • Tardar horas en dormir, hasta las 12, 1 o 2 de la mañana
  • Despertar de 2 a 3 veces por la noche, entre la 1, 2 o 3 de la mañana
  • Despertar con cualquier ruido
  • No dormir bien, despertar cansado y sin ganas de hacer nada
  • Varios días o semanas sin dormir
  • No poder relajarse
  • Querer dormir, pero no tener sueño
  • Tener sueño, pero no poder dormir
  • No poder silenciar la mente
  • Estrés, ansiedad y depresión

¿Cómo han evolucionado los problemas de sueño?

Jonathan nos ha hablado de cifras escalofriantes, en lo que a porcentajes de personas que sufren, por no poder dormir bien. Nos ha dado otro dato que parece importante el “a día de hoy en 2023”. Ante ello, le preguntamos a Jonathan si existe constancia de la evolución en el tiempo de estos trastornos. Jonathan nos explica: “El ser humano está diseñado para funcionar con la luz del sol y la oscuridad, pero con la creación de la bombilla pasamos de un ambiente de ciclos de luz de sol y oscuridad (con tal vez algo de luz proveniente del fuego), a un ambiente de sobreexposición a la luz azul.”

Los ritmos circadianos

“Esto lo que produce es que se alteren los ritmos circadianos de el cuerpo. Estos ciclos funcionan como un reloj interno. Para que este reloj valla avanzando, necesita la luz del sol por la mañana y al llegar la tarde necesita la oscuridad. Como a día de hoy estamos expuestos a luz azul hasta momentos antes de dormir, ese reloj interno se queda estancado, como si fuesen las 12 del mediodía. Por ello vivimos en un desequilibrio absoluto de nuestros ritmos circadianos y nuestro reloj biológico interno. Esto tiene algunos efectos inmediatos, como estar bajos de energía, pero es en el largo plazo donde se empiezan a dar los trastornos del sueño y el desarrollo de enfermedades crónicas, y enfermedades degenerativas como: Alzheimer, Parkinson, cánceres y tumores.”

El color de la luz y el sueño

En las explicaciones de Jonathan, parece valorarse de manera muy distinta la exposición a luz azul y a luz roja. Ante nuestra pregunta, Jonathan nos explica que, con la luz proveniente del fuego, ya sea de hogueras, velas o candiles no ocurre lo mismo que con la luz eléctrica. La explicación está en la diferente longitud de las ondas electromagnéticas, en función del color de la luz. La luz azu,l amarilla y blanca (luz eléctrica), tienen ondas muy cortas. Esto lo reciben no solo los ojos, sino también nuestra piel, ya que a través de la piel, que absorbemos luz del sol, potenciando por ejemplo la vitamina B. En cambio, la luz roja o naranja provenientes del fuego, tienen longitudes de onda muy grandes, están en el extremo opuesto. Según nos cuenta Jonathan, hay muchos estudios que demuestran que esas longitudes de onda mayores, no afectan de la misma manera a la producción de melatonina.

La melatonina, hormona del sueño.

Según nos explica Jonathan, es a través de la inhibición en la producción de melatonina, que los distintos tipos de luz afectan a nuestros ciclos de sueño. La exposición a luz roja hace que la emisión de melatonina sea menor que en oscuridad total. Pero no la frena por completo, como la luz de onda más cortas (luz eléctrica). En palabras de Jonathan: “A partir de las 6 de la tarde, que el Sol empieza a bajar y empieza a oscurecer, el cuerpo la comienza a a generar de manera natural. Esta sigue subiendo hasta las 9 o las 10, cuando ya hay buenos niveles de melatonina, y el sueño nos llega de manera natural. Ahora cuando estamos expuestos a luz artificial hasta las 11 0 12 de la noche, los niveles de melatonina no alcanzan ni siquiera la mitad del nivel al cual deberían estar.”

¿Sirve tomar melatonina en capsulas?

“Unos buenos niveles de melatonina son imprescindibles para tener un descanso de calidad. La melatonina afecta al reloj interno y a los ciclos del sueño.” El problema podría parecer sencillo. Existen en el mercado muchos suplementos de melatonina. Pero ante esto Jonathan nos advierte: “Algunas personas toman melatonina en capsulas, pero eso produce que el cuerpo se vuelve dependiente de esas pastillas y el organismo deja de generar esa melatonina natural, pudiendo generar un problema mayor a la larga. Por ello un 70-80% de la población vive en un desequilibrio completo.”

Síguenos, para no perderte nuevos contenidos

Consecuencias de dormir mal

Preguntamos a Jonathan, sobre qué consecuencias puede tener el mantener un desajuste en la producción de melatonina y dormir mal por ello. Jonathan nos responde: “En el corto plazo ya todos sabemos que genera problemas como: Nos despertamos cansados, nos falta energía, cometemos muchos errores, nos cuesta concentrarnos. En el largo plazo, como el cuerpo no puede recuperarse, empieza a funcionar un poquito peor y un poquito peor. Hay personas que en el plazo de 6 meses ya empiezan a desarrollar, tumores, déficit de atención (este es muy común), incluso depresión. El cuerpo no se recupera, no puedes descansar, el estrés se amplifica por la noche, porque no consigues descansar y ese estrés acumulado puede generar los primeros síntomas de depresión, la ansiedad empieza a subir.”

Trastornos del sueño

“Y entonces se dan trastornos del sueño, como insomnio o la apnea del sueño donde se obstruyen las vías respiratorias. O la narcolepsia, que produce ataques de sueño incontrolables. Además de la pérdida de tono muscular, también se da la fatiga crónica y el letargo, que es lo que a mi me ocurría. Esto me suponía estar con fatiga durante todo el día, y estar con somnolencia todo el día.” Preguntamos al Jonathan si esto nos lleva a un estado en el que nunca dormimos plenamente, pero nunca estamos plenamente despiertos. “Así es, es exactamente, así como ocurre, el organismo nunca llega a recuperarse. Aún así el cuerpo es sabio y se adapta a sobrevivir con lo que tiene (menos descanso), pero esto es un caos para el cuerpo a largo plazo.”

Si te está resultando interesante el tema, hay mucho más por venir en la segunda parte de nuestra entrevista con Jonathan Altamirano. No nos pierdas de vista, la publicaremos en los próximos días.

Compartir en facebook
Compartir en twitter
Compartir en linkedin
Compartir en email

Deja una respuesta

Tu dirección de correo electrónico no será publicada. Los campos obligatorios están marcados con *