Reducir el estrés: A día de hoy está más que demostrado científicamente, que la práctica de la meditación reduce significativamente los niveles de estrés. Con menos estrés se vive sencillamente mejor. Podemos hacer más cosas, con menos desgaste y más disfrute. Menos estrés y más presencia son la fórmula para disfrutar más intensamente de los placeres de la vida. Un cuerpo y una mente estresados consumen una gran cantidad de energía inútilmente. Liberarte de ese estrés sobrante, te devolverá toda esa energía.
Aumentar la concentración: Meditar a diario te dará una cabeza mucho más despejada. Meditando conseguimos reducir los pensamientos automáticos y aleatorios, reservando esta capacidad de procesamiento de nuestra mente, para las cosas en las que queremos poner nuestra atención. Durante un ejercicio de meditación se entrena todo el tiempo el foco, y la habilidad de concentrar la atención tras cada distracción.
Encontrarte mejor: Ya solo la reducción de los niveles de cortisol (hormona del estrés) hará un cambio espectacular en cómo te encuentras, pero hay más. Durante una sesión de meditación (bien hecha) se segrega dopamina, neurotransmisor relacionado con la recompensa. ¿Sabes cómo te sientes cuando consigues aquello que realmente querías? Eso es la dopamina. También de serotonina, conocida como el “antidepresivo natural”. Los niveles de melatonina (hormona que nos ayuda a dormir y reponernos por la noche) y de oxitocina (hormona del amor) también se verán potenciados.
Mejorar tu rendimiento: Mejor concentración, mayor motivación, mayor confianza y control del estrés, son algunas de las actualizaciones que conseguirás en tu sistema con un buen curso de meditación y su práctica continuada. ¿Te imaginas el efecto que tendrá ese coctel en tu rendimiento profesional? ¿Y en tus estudios? Tus relaciones personales se verán también beneficiadas, incluso el sexo…
Regular mejor las emociones: La práctica de meditación te dará un gran nivel de autocontrol general. Para regularse a uno mismo es imprescindible dominar las propias emociones. Meditar a diario te dará un alto grado de consciencia sobre tus propias emociones. Aprenderás a localizarlas, antes de que se alimenten y tomen el control. También aumentará tu capacidad de incluso ante una emoción intensa, hacer una pausa decidir una respuesta racional, en vez de una reacción emocional.
Tener más claro lo que quieres: La meditación, incluso aunque se practique libre de contenido religioso o ritual siempre desencadena un viaje de conocimiento personal. Cuando bajamos el volumen de todo, empezamos a escucharnos a nosotros mismos. Poco a poco te irás dando cuenta de que creencias te estaban limitando, y que es lo que tú realmente quieres. No lo que quieren los demás, o la sociedad, o lo que alimentaría la imagen que quieres que tengan de ti, lo que quieres tú.
Mejorar tu salud general: Y no hablamos solamente de salud mental. El número de patologías que tiene el estrés como una de sus causas principales es enrome. Desde problemas circulatorios o cardiacos, hasta la disfunción eréctil pueden tener su origen en el estrés. El estrés crea un entorno ácido en nuestro cuerpo que produce gran cantidad de problemas digestivos y de piel. También el sistema inmunológico sufre los efectos del estrés prolongado. Medita, reduce tu estrés y mejorarás tu salud.