“Me voy a volver loco”
“Me voy a morir”
“No puedo respirar”
La mente nos cuenta mentiras
Nuestra mente nos cuenta mentiras continuamente, y tendemos a creerlas, a identificarnos con tales pensamientos, y a reaccionar a ellos emocionalmente. Los pensamientos espontáneos, que crea continuamente la red neuronal por defecto, se tiñen siempre del color de la emoción reinante en el cuerpo. En un estado emocional negativo, surgen automáticamente pensamientos negativos. Si les prestamos atención y los permitimos desarrollarse, alimentan el estado emocional que los causó.
La ansiedad nos cuenta mentiras
Esto, es mucho peor bajo estados alterados, puntuales o crónicos, como la ansiedad y la depresión. La corriente emocional tiene gran fuerza bajo los citados estados. La ansiedad tiene la habilidad de tomar el control de la narrativa mental. A menudo crea una historia, que nada tiene que ver con el motivo original de tal ansiedad. Cualquier argumento que coincida con el color negro, negativo, ansioso, victimista o desesperado, entra fácilmente en el discurso y se presenta como una verdad. Pero la mayoría de las veces, no es verdad en absoluto. Entre las muchas falacias que te contará la mente ansiosa, hay 3 mentiras que suelen repetirse:
Pienso que me voy a volver loco
Es muy habitual, ¿Quién no lo pensaría por un momento, cuando la cabeza está a punto de estallar? Por suerte, puedes estar tranquilo, no te vas a volver loco. Los síntomas de los trastornos de ansiedad, aun desagradables, no encajan en absoluto con lo que coloquialmente llamamos “perder la cabeza” (aunque en momentos de ebullición, así lo parezca). No ocurre que un trastorno de ansiedad se convierta en esquizofrenia, ni otros síndromes graves. Puede hacerte sentir muy mal, incluso limitarte mucho en tu vida, pero es siempre reversible y ¡No te vas a volver loco!
Pienso que me voy a morir
Otra típica mentira de la ansiedad. Pero cuando estamos al borde de un ataque de pánico, parece muy real. De hecho, los síntomas de un ataque de pánico se confunden a menudo con un infarto. De verdad parece que te vas a morir en algunas ocasiones, pero no es verdad. Nadie, repito, nadie ha muerto por un ataque de ansiedad. ¿Los temas que haya detrás de la ansiedad, pueden acabar manifestándose en una enfermedad grave? Si, podrían hacerlo, igual que ahora se manifiestan como ansiedad. Escucha el aviso, y pon cartas para solucionar tus problemas de fondo. Pero tranquilo, la ansiedad no te va a matar.
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Siento que no puedo respirar
Esta es otra mentira, que el ansioso puede arrastrar, como una sensación habitual de ahogo o dificultad para respirar. También se puede manifestar como una sensación aguda en el momento de un ataque. ¡Realmente parece que uno se ahoga! Pero una vez más, es mentira. Como sentimos que nos ahogamos, respiramos más, intentamos inspirar e inspirar, sin permitir a los pulmones vaciarse, y como resultado nos ponemos peor. La sensación de no estar respirando suficiente, no solo es falsa, si no que es exactamente lo opuesto a lo que está ocurriendo.
Al respirar rápido, reducimos el dióxido de carbono de la sangre. Sin una buena proporción de CO2, oxigenamos la sangre hasta la saciedad, pero este oxígeno no llega de manera eficiente a los tejidos. Dado que la sensación es de ahogo, tendemos a respirar aún más, haciéndolo peor. En un caso extremo, nos llevamos a un ataque de pánico, o incluso nos desmallamos. Precisamente, lo que tenemos que hacer es respirar más despacio, para que el dióxido de carbono en sangre crezca y la oxigenación del cerebro y los tejidos se potencie.
El reflejo que compaña a los momentos de alta excitación es de inspirar. Cuando entramos en bucle de ansiedad, solo queremos inspirar. Pero si no expiras, no haces hueco para meter aire nuevo ¿Reconoces ese impulso? ¡Aghh! ¡Aghh! ¡Aghh! Respirando cada vez más arriba y de manera más jadeante. Recuerda, cuando la ansiedad te dice que necesitas más aire, lo que realmente necesitas es respirar despacio.

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¿Qué hacer cuando la ansiedad te bombardea con sus mentiras?
Así que la próxima vez que la ansiedad te acorrale con sus mentiras, ya sean estas tres u otras, ya sabes que no tienes que creerlas. Simplemente no des mucho crédito a lo que piensas en tal estado. Trata de calmarte y de no seguir alimentándolo. Ten paciencia, se irá yendo poco a poco, y podrás volver a pensar con claridad.
Ya sabes que no te vasa morir, ni a volver loco. Puedes responder mentalmente tales pensamientos: “Nadie se ha muerto por ansiedad y yo no me voy a morir”, “No me estoy volviendo loco, es sólo un estado pasajero”, o algo similar… Descartados los escenarios catastrofistas, podemos enfocarnos en la situación de manera realista, y tomar acción.
Cuando las mentiras de la ansiedad empiecen, te recomiendo venir a la respiración unos momentos. Respirar abajo, despacio y de manera rítmica. El traer la atención a la respiración, romperá el bucle de retroalimentación de la ansiedad en la mente. Al respirar de manera calmada, rompemos el otro bucle que retroalimenta la ansiedad, desde la respiración.