Pensamientos rumiativos y estrés

Pensamientos rumiativos y estrés

Rumiación y estrés

¿Qué son los pensamientos rumiativos?

“¿Cómo pudo decirme eso? Yo tenía la mejor intención, y recibí solamente desprecio. Como siempre, toda mi vida me han despreciado. Yo lo hago lo mejor que puedo, pero siempre me tienen que salir las cosas mal. Soy un desastre. Si le tuviese delante le diría… Si yo hubiese dicho esto o aquello…” ¿Te suena de algo este tipo de narrativa? ¿Alguna vez albergas pensamientos de este tipo?

¿Te ocurre en ocasiones que sigues dándole vueltas al pasado inútilmente? ¿Vuelves una y otra vez a situaciones negativas, decepciones o rechazos? ¿Te identificas con estas situaciones del pasado? ¿El razonamiento te suele llegar a “yo soy esto o lo otro”? ¿Repasas situaciones del pasado, como esperando poder cambiarlas? Si algo de esto te resulta medianamente familiar ¡Ya sabes lo que son los pensamientos rumiativos!

¿Por qué tenemos pensamientos rumiativos?

Lo repetimos a menudo en Sentirme Mejor, nuestra superior capacidad cognitiva, que nos permite revisar el pasado y anticipar el futuro continuamente, es una de las características que nos hace humanos. Nos ha permitido desarrollar una civilización, pero es también un castigo. Ya que nuestro malestar y nuestro estrés, provienen en la mayor parte de nuestra relación con el pasado y el futuro. La visión catastrofista del futuro, es uno de los principales motivos de ansiedad, pero rememorar obsesivamente el pasado, es también una gran fuente de estrés.

Cuando estamos sometidos a estrés, nuestra mente tiende a fijarse en las causas de tal estrés, haciendo difícil pensar en ninguna otra cosa. Esto tiene su utilidad, si hay un peligro rondando, mejor no despistarse; si me enfrento a un importante examen, mejor estar centrado en el mismo. Un ciervo, tras escapar de una manada de lobos, seguirá excitado un rato más. Pero si los lobos no vuelven a aparecer, pasados 20 o 30 minutos, estará de nuevo en estado de equilibrio. Nosotros nos llevamos nuestros lobos en la cabeza, los revivimos una y otra vez.

Pensamientos rumiativos y estrés

Y al revivir estos momentos dolorosos en nuestra mente, activamos o alimentamos las emociones negativas que estos produjeron, cargándonos de estrés innecesariamente. Al aumentar el nivel de estrés, aumentan también los pensamientos rumiativos. Esta es una de las vías principales, a través de las cuales el estrés se retroalimenta. Si estas pasando por una fase de alto nivel de estrés, es muy probable, que seas mucho más vulnerable a estos pensamientos negativos y obsesivos. Y a su vez, este tipo de pensamientos te hacen muy difícil salir de este estado.

Nuestros pensamientos mantienen una estrecha relación con nuestras emociones. Bajo un estado emocional, el que sea, la mayoría de los pensamientos espontáneos tenderán a imitar la carga de tal emoción. Además, nos rendimos a los pensamientos que concuerdan con la carga emocional, tendemos a creerlos, a prestarles nuestra atención y permitirlos desarrollar una entramada narrativa, que en muchos casos es inútil y tóxica. Ninguno somos inmunes a la rumiación, pero el caso más grave es el de los enfermos con depresión. Bajo la depresión, la rumiación es especialmente intensa y destructiva. Y Si nos dejamos llevar habitualmente por la rumiación, corremos el riesgo de acabar desarrollando depresión.

¿Por qué es difícil salir de la rumiación?

Es difícil librarse de la rumiación, porque los pensamientos negativos, simplemente surgen de manera espontánea. En cuanto dejas de prestar atención, se cuelan de vuelta en tu cabeza, y si se lo permites, te arrastran con ellos. Un primer consejo obvio es: Si tus pensamientos te están haciendo daño, tienes que estar atento a que es lo que piensas. No puedes evitar que pensamientos espontáneos salten a tu conciencia, pero si puedes dejarlos ir, cada vez que ocurra. Si en lugar dejarlos pasar, les prestas tu atención y con ella tu energía, se desarrollan y crecen. Cuanto más los permitas anidar y aumentar su carga emocional, más probable es que el cerebro los vuelva a proponer en el futuro. Cuanto más te acostumbres a lamentarte y revivir el pasado, con mayor facilidad entrará tu mente en tal estado.

¿Por qué nos dejamos llevar?

Sabemos, que mayormente no podemos evitar que la mente proponga pensamientos espontáneos. Sabemos que si su carga, coincide con la emoción reinante, tales pensamientos suenan como verdad. Pero ¿Por qué tendemos abandonarnos a la rumiación, de tal manera? Daría la sensación de que es adictivo, u ofrece algún tipo de satisfacción. En mi opinión, si es adictivo y si produce satisfacción, en algún nivel. Es el tipo de satisfacción fugaz, que nos ofrece el tener pensamientos juiciosos. Una satisfacción instantánea a la que cedemos compulsivamente, pero que alimenta un estado emocional de fondo, desagradable y limitante.

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La rumiación es adictiva

En mi opinión, está relacionado con el hecho de que a nuestra mente le encanta tener razón, le encanta que lo que sea que piensa o siente sea reforzado. Si me siento un desgraciado, cada pensamiento que lo confirme, dará un punto de satisfacción momentánea. Es como un “¿ves? ¿Ves como todo es un desastre? ¿Ves como todo me sale mal? ¿Ves cómo siempre soy rechazado? ¿ves que tengo razón?” Una vez más, en mi opinión, este es el motivo del enraizamiento del victimismo, terrible mal de nuestros días. Esa satisfacción fugaz basada en la confirmación de mis creencias, y en la superioridad moral. Me vienen a la mente las palabras del Buda, hablando del enfado: “Con su punta dulce y enraizado en veneno”. Los pensamientos rumiativos pueden tener una punta dulce, pero cuidado ¡Están enraizados en veneno!

Mindfulness para controlar los pensamientos

La práctica de mindfulness, puede ser una gran ayuda, para poner coto a la rumiación descontrolada. En la primera fase de un entrenamiento en Mindfulness, se realizan muchas prácticas de concentración, que con una alta probabilidad ayudarán a reducir mucho el ritmo del tren de pensamientos espontáneos y con ellos la rumiación. En una segunda fase, se desarrolla conciencia sobre los propios pensamientos, al practicar meditaciones con el foco abierto o “foco flotante”, donde los pensamientos pasan a ser un objeto de observación más, durante la meditación. El realizar un entrenamiento en Mindfulness hará una gran diferencia, en nuestras habilidades para gestionar los pensamientos y la rumiación.

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