Círculo de control y círculo de preocupación

Círculo de control y círculo de preocupación

Círculos De Control Y Preocupación

Círculos de preocupación y control, en el coaching

Uno de los conceptos, que utilizo con éxito en muchos procesos de coaching, es el de los círculos de control e influencia de Stephen Covey. Desde luego, cada vez que hay temas de gestión de estrés e insatisfacción (lo cual es muy habitual), utilizo una sencilla dinámica de coaching, que he creado a partir de estos conceptos. La idea de Covey es sencilla, pero muy potente. Tanto es así que su esquema, publicado en 1989, sigue siendo respetado y utilizado en psicología, coaching o incluso mindfulness.

Los círculos de Stephen Covey

Se trata de situar dentro de este esquema, formado por 3 círculos (o dos círculos y un área intermedia), los motivos de nuestras preocupaciones. ¿Dónde pones tu atención? ¿De qué te preocupas? El hecho de que dediques tu energía psíquica, a cuestiones que están bajo tu control o fuera de él, reflejará con bastante exactitud tu grado de resiliencia, esa “palabreja” tan de moda últimamente. Además de la citada resiliencia, el grado de eficacia, la capacidad de influencia en otros, y la calidad de la experiencia vital, se verán altamente influidas.

Círculo de Control, Preocupación e Influencia
Círculos de control, preocupación e influencia de Stephen Covey

Círculo de control

Dentro del círculo de control, están todas las cosas que dependen, totalmente de mí mismo. Prepararme bien para un importante examen, depende de mí. Esforzarme en el trabajo, depende de mí. Mis actitudes, mis acciones, mis respuestas, mis palabras. Las personas que ponen su atención en las cosas que dependen de ellos, suelen ser menos proclives a sufrir por estrés. El foco suele estar más en los medios, que en los resultados finales. Estudiar depende enteramente de mí, aprobar o suspender no. Las acciones de estas personas tienden a ser eficaces. Los sujetos aumentan su sensación de control, su resiliencia y tienden a vivir una vida satisfactoria.

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Círculo de preocupación

En el círculo de preocupación están todas sobre las cuales no tengo poder de influencia, pero me generan incertidumbre, temor o ansiedad. Las crisis económicas, pandemias, el hecho de que mi empresa ejecute una política de reducción de personal, son situaciones que me pueden afectar, pero sobre las cuales no tengo capacidad de influir. Dentro del círculo de preocupación, menos evidentes, pero si cabe más importantes, son: Lo que piensen otras personas, lo que hagan otras personas, lo que digan, sus propias reacciones… Las personas que ponen su foco, de manera habitual, en lo que está fuera de su control tienden a sufrir de estrés crónico. Se sitúan en una posición de víctima del mundo, con muy baja sensación de control. Gastan sus energías mentales en la construcción de narrativas, discursos victimistas, en la búsqueda de superioridad moral, en lugar de en buscar soluciones efectivas. Por tanto, las acciones guiadas por su preocupación, tienden a ser ineficaces.

Área de influencia

Entre un círculo y otro, existe un área intermedia, en la que se sitúa muchas de nuestras preocupaciones. Se encuentran en ella todas las cuestiones que no están completamente bajo mi control, pero sobre las cuales si puedo influenciar. Estudiar bien un examen está en mi área de control; que el examinador sea más o menos duro al corregir, en mi círculo de preocupación; aprobar el examen está en mi área de influencia. La peculiaridad, es que cuando nos enfocamos en el circulo de preocupación de manera habitual, nuestra área de influencia tiende a reducirse. En cambio, aquellos que se enfocan en lo que está en su mano hacer, aumentan el tamaño de su área de influencia. Incluso sin pretenderlo, aumentan su capacidad de influir en acontecimientos y personas, adquiriendo un estatus natural de liderazgo.

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Lo que es tu responsabilidad y lo que no

Tendemos a malgastar muchas energías, hacer depender nuestro bienestar, incluso nuestra idea de nosotros mismos, en lo que piensan, hacen o dicen otras personas. Para evitar la frustración, debemos aceptar que los otros, son individuos soberanos, y nuestro poder de influencia en ellos, es limitado. Es común, preocuparse demasiado de las opiniones y reacciones de otros. Dejando mientras, nuestras propias reacciones, pensamientos y actitudes (de las cuales si somos responsables), en manos de la inercia, nuestras creencias y nuestra reactividad. La realidad, es que nuestras actitudes, acciones y reacciones, son lo único que esta realmente bajo nuestro control. Y no solo eso, son nuestra entera responsabilidad. Enfócate en ellas y veras crecer tu sensación de control, y alejarse estrés ansiedad o depresión.

¿Qué si está bajo mi control?

Una pregunta que utilizo en las sesiones de coaching, pero que puedes hacerte a ti mismo, es ¿Qué es lo que si está bajo tu control? Independientemente de si mis preocupaciones estén en el circulo de preocupación o área de influencia, puedo reencuadrarlas, para llevarlas a mi círculo de control. Por ejemplo, si mi preocupación es la guerra en Ucrania (circulo de preocupación), es obvio que en la guerra en si, no puedo influir. Pero… ¿Qué, si puedo, hacer al respecto? Tal vez trabajo voluntario, tal vez una donación. Si mi preocupación es aprobar mis exámenes (área de influencia), puedo centrarme en prepararlos lo mejor posible, teniendo en cuenta mis necesidades de descanso. Y buscar satisfacción en haber cumplido con “mi parte”, más allá del resultado final. Si te reconoces dentro del grupo de personas que se preocupan por lo que está fuera de su control, la buena noticia es que se puede entrenar lo contrario. Trata de reconocer, cada vez que te estés preocupando por algo en el círculo de preocupación. Pregúntate, qué es lo que si puedes hacer. Si hay algo, hazlo. Si no, simplemente regula la emoción, y repítete que te vas a preocupar por cosas que estén bajo tu control.

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