No dejarse llevar por la depresión
Cuando la depresión, o cualquier estado emocional negativo e intenso, está activo, tiende a teñir toda nuestra experiencia de su color oscuro. Las sensaciones corporales son muy desagradables, tanto que tendemos a escapar de ellas, intentar no sentirlas. Los pensamientos, cargados de pesimismo, alimentan la emoción negativa. El presente es un espacio de dolor, pero el futuro y el pasado no son mejores. Bajo la lente oscura de la depresión, sólo se ven fracasos, peligros y decepciones.
La idea que uno tiene de si mismo, en tal estado, cae por los suelos. Tal vez, el ego contrataca con pensamientos descalificantes sobe los demás. Es como un “agujero negro” del cual nada se escapa. ¿Qué te parecería tener algo a lo que agarrarte en esos momentos? ¿Y si al menos un rincón de tu mente siguiese sabiendo, que estas bajo un estado pasajero? Y que no coincide con la realidad, ni con lo que tú de verdad piensas, ni con lo que tú eres.
La emoción que lo domina todo
La emoción que experimentamos en el cuerpo en cada momento, es el pegamento del resto de la experiencia. Una emoción determinada influencia la postura corporal, define el patrón de respiración y como no puede ser de otra forma, condiciona los pensamientos. La depresión genera una emoción negativa de gran intensidad. Bajo su dominio, los pensamientos espontáneos son cuchillos, contra nosotros mismos.
Y no sólo se generan pensamientos espontáneos de signo negativo, incluso si consigo sostener un pensamiento positivo, cuesta mucho creérselo. Sólo nos rendimos a los pensamientos que encajan con nuestro estado emocional. Esto nos ocurre a todos, bajo una emoción distinta, pensamos de forma diferente, interpretamos la realidad de manera diferente, las ideas resultan más o menos creíbles. En el caso de la depresión, el velo es tan opaco, que en momentos es imposible ver nada de otra manera.

La técnica de la ventanita
Esta es una técnica que desarrollé para mi mismo, y que todavía utilizo, cuando vuelven las “nubes negras”. El objetivo, es crear un espacio en la mente, en el que se vean las cosas con mayor objetividad y poder acceder a él, en los momentos de oscuridad. Comprendiendo la idea, puedes modificar la técnica, por supuesto, de la manera en que a ti te resulte más fácil evocarla. También puedes utilizar esta técnica sin tener depresión, para ayudarte en momentos de presión, de pesimismo, desesperanza o sufrimiento.
La idea es crear un espacio en la mente, desde el cual, en tu estado más objetivo, más constructivo y más compasivo contigo mismo, puedas observarte, cuando estes invadido por la emoción negativa, el pesimismo o la depresión. Es útil situar mentalmente, en el espacio la “ventanita”, que siempre esté en el mismo lugar. De manera que cuando estes “abajo” invadido por la depresión, haya un lugar (arriba a la derecha, por ejemplo), al cual puedas mirar y ver (o sentir) esa ventana, desde la cual te estas observando, libre de la carga emocional del momento.
Crear los acuerdos
Esta fase del ejercicio sería mejor afrontarla, en un momento de calma y objetividad, no dominado por la depresión o la emoción negativa. Imagínate que estas en ese lugar, y miras por la “ventanita”. Puedes verte a ti mismo, invadido por la negatividad. Obsérvate con ecuanimidad, y con cariño, como si observases a un ser querido que está sufriendo
Describe que le ocurre al “Yo” de fuera
Trata de describir con objetividad, cuál es el estado de esa persona que eres tú. Algo del estilo a esto: “Le veo sufriendo, está invadido por la depresión (o por la emoción que fuese). Se siente muy mal y sus pensamientos son muy negativos, guiados por la emoción. Le cuesta ver nada positivo en esa situación, se siente mal consigo mismo, ve el pasado con mucha negatividad y el futuro con miedo.”
¿Qué sabes tú, que no sabe él?
¿Qué sabes en este estado, que no sabe el otro “Yo” cegado por la emoción? Trata de llegar a una serie de acuerdos, que te resulten creíbles en un estado emocional normal (no cosas que sol ocreas cuando estás eufórico). Cosas como: “Se que el cómo ve las cosas ahora mismo, no es como es lo que piensa de verdad”; “Se que su estado es pasajero, y verá las cosas de otra forma cuando pase”; “Se que sus pensamientos negativos no son ciertos y están guiados por la emoción”; “Se que no puede evitar sentirse como se siente”; etc.
¿Qué sientes por esa persona?
¿Qué sientes por ti mismo al verte en tal situación? Al verte a ti, sintiéndote mal contigo mismo y pensando cosas terribles sobre ti mismo. Ahora, trátate con compasión, no con condescendencia. Es un buen momento para sentir comprensión, aceptación y amor por uno mismo. Para evocar un intenso sentimiento, de que quieres que esa persona, que eres tú, este bien. Trata de sentir de la forma más vívida posible, esos sentimientos positivos hacia el “yo” que esta fuera de la ventana.
Sal del bache con Mindfulness
Sal del bache con Mindfulness
Utiliza el recurso, cuando estés invadido por la depresión
Ahora llega la hora de la verdad, cuando de verdad puede ser útil esta técnica. Cuando te des cuenta que estas metido en la espiral negativa, busca la ventanita. Como dijimos, es buena idea que la sitúes en un lugar concreto, para ayudarte a conectar con el “Yo” que observa desde dentro. Ahora pregúntate: El “Yo” que me observa desde la ventanita: ¿Qué piensa de mí en estos momentos? ¿Qué sabe desde esa posición, que yo no sé desde esta? ¿Qué es lo que siente por mí, en este instante? Con un poco de práctica, puede que no necesites repasar las tres preguntas y solo con hacer el gesto mental de mirar a la ventana, ya sientas cierto alivio.
Con un poco de suerte, esta dinámica te ayudará a recordar, que este estado va a pasar y que verás las cosas de otra forma. Que hay una manera diferente de pensar, que de hecho es más propia de quién tú eres, y que podrás recuperarla una vez pase la “tormenta”. ¿Esto va a hacer que la depresión se esfume instantáneamente? No, ojalá. No creo que exista ninguna técnica tan efectiva (si alguien la conoce, por favor escríbeme). Te permitirá calmar un poco tu estado, frenar su escalada, observarlo y aceptarlo sin identificarte con él, y darte algo a lo que agarrarte, para no hacerte más daño del necesario, mientras pasa la oscuridad. Spoiler: Como todo, siempre pasa.